domingo, 6 de mayo de 2012

La misión

¡Hasta me dieron ganas de dejarme la barba y ser misionero!

Vi por primera vez esta película hace muchos años, cuando yo era muy joven, y me gustó mucho, tanto que me dieron ganas de hacer dos cosas: dejarme la barba y ser misionero. Lo primero lo he hecho, lo segundo… a medias.

“La misión” fue dirigida en 1986 por Roland Joffé, y cuenta con las excelentes actuaciones de Jeremy Irons y Robert de Niro, quienes lucen muy bien con sus espesas barbas y sus oscuras sotanas. Inspirada en hechos reales, la historia se sitúa en 1758 en las selvas de Brasil, Argentina y Paraguay. Nos cuenta sobre las primeras misiones jesuitas entre los indígenas guaranís. Por un lado los conquistadores españoles y portugueses penetraban en la selva para capturar a los nativos y convertirlos en esclavos; pero por otro, los misioneros católicos hacían su labor de llevarles el evangelio. Como era de esperarse, ambos grupos europeos chocaron entre sí, los conquistadores veían a los frailes como un estorbo para su afán de conquista; y los religiosos veían a los conquistadores como unos diablos que se oponían a la obra de Dios.


Una historia medular dentro de esta coyuntura que retrata la película, es la conversión de un español, traficante de esclavos; éste comete fratricidio y busca su liberación por medio de una penitencia que le impone uno de los misioneros: llevar en la espalda un fardo con su pesada armadura, y en esa condición seguirlos hasta la recóndita misión guaraní. El español camina con gran dificultad por ríos, cataratas y montañas escarpadas. Llega un momento en que el fraile le indica que ya puede soltar su fardo, pero el penitente se niega, siente que aún no ha expiado su culpa, que aún le falta padecer más, así que continúa su vía crucis. Al fin llegan a la misión guaraní, el español ya no puede con su carga, pero se aferra a ella; el jesuita, conmovido, toma un cuchillo y corta los lazos que ataban al español a su vieja armadura, y una vez sin aquel peso, el hombre que una vez fuera un esclavista, rompe en llanto porque al fin ha encontrado el perdón.


Para mí, esta sola escena hace que esta película valga oro, porque es una hermosa parábola del perdón. Muchas personas también se sienten condenadas por sus pecados pasados, sienten que no tienen perdón de Dios y cargan con el peso de su culpa por mucho años, cuando en realidad son ellas quienes no se perdonan a sí mismas; pero llega el momento en que alguien les da la palabra de absolución, les recuerda que en Dios hay perdón, misericordia y compasión; sólo en ese momento, cuando la persona pecadora cree en la gracia divina, es cuando halla la liberación.

El final de esta película es muy dramático, cuando españoles y portugueses se disputan el terrirorio de los indígenas, quedando éstos en medio, con sus pobres frailes que poco pueden hacer por defenderlos de los conquistadores. Tal amenaza, sin embargo, será una prueba más para aquel español arrepentido, el cual ahora es miembro de la misión y amigo de los indígenas, quien hará todo lo posible por evitar que éstos vuelvan a ser carne de cañón.


Una película altamente recomendable, porque además de su gran historia y sus buenas actuaciones, está adornada con una finísima pista musical de Ennio Morricone y una fotografía espectacular que nos regala bellas imágenes de las impresionantes cascadas de Iguazú.

The Mission
Roland Joffé, 1986, RU
Con: Jeremy Irons, Robert de Niro, Liam Neeson, Aidan Quinn
125 min.

La misión Trailer



Venus negra


«Jamás he visto cabeza humana más parecida a la de un mono»

“Venus Negra” (Venus noire) es una obra que se ha exhibido en muestras de cine, porque no es una película comercial, ni apta para todo público, sino para personas con criterio maduro, porque es sumamente cruel, pero a la vez valiosa por ser una denuncia contra el racismo y la misoginia. Es una producción francesa que fue rodada en 2010 por el director tunecino-francés Abdellatif Kechiche e interpretada magistralmente por la actriz cubana Yahima Torres.

«Jamás he visto cabeza humana más parecida a la de un mono». Con estas palabras, expresadas por el científico francés Georges Cuvier, comienza la historia, la cual se basa en un caso real del siglo XIX. Nos presenta la tragedia de una mujer africana llamada Saartjie, cuyo nombre cristiano fue Sarah Baartman; ésta fue llevada a Europa por su amo en 1810, cuando ella tenía veinte años de edad; fue llamada la “Venus Hotentote” y se le exhibió como un fenómeno de la naturaleza, debido a que tenía un cuerpo muy voluptuoso y rasgos faciales grotescos.

La película nos presenta la historia de Saartjie en tres etapas: la primera se desarrolla en Inglaterra donde ella es explotada por su amo como la atracción de un circo. Ahí sufre toda clase de vejaciones y maltratos, tanto de parte de su apoderado como de la gente que acude a verla. Unos hombres, defensores de la raza negra, intervienen para ayudarla y llevan su caso a la corte, pero Saartjie, manipulada por su amo, niega los cargos y continúa en su misma condición de “esclava libre”.

En la segunda etapa, Saartjie es llevada a la academia francesa de ciencia para que los estudiosos la examinen, pues quieren ver si ella tiene el llamado “mandil hotentote”, una deformación en su parte genital. Ahí es tratada como un animal raro y es avergonzada.

En la tercera y última parte de su vida, Saartjie es prostituida, primero entre los círculos aristocráticos depravados y después en un lupanar. En este lugar contrae una enfermedad venérea y muere en soledad a los veinticinco años de edad.

El epílogo de la película presenta a los científicos de la Academia francesa, quienes finalmente disponen del cadáver de Saartjie, la estudian y hacen una estatua que es un duplicado exacto de su anatomía. Se nos informa al final que el caso de Saartjie fue dado a conocer hasta la década de 1970; después, en 1994, el gobierno de Sudáfrica pidió a Francia que devolviera sus restos, lo cual se cumplió hasta 2002.

“Venus Negra” es lacerante y amarga, es una vergüenza para el género masculino y para el hombre blanco racista, pues vista con un ojo crítico, en esta película los hombres blancos son las bestias, los fenómenos de la naturaleza, y no Saartjie, quien sólo fue a Europa para conocer las monstruosidades que son capaces de cometer los hombres que se decían “cristianos y civilizados”. Que Dios nos libre de esta clase de “civilización”.

Venus noire
Abdellatif Kechiche, 2010, Francia-Bélgica
Con: Yanima Torres, Andre Jacobs, Olivier Gourmet
162 min.

La hija de D’Artagnan


Eloise-Adelaide-Jeanne D’Artagnan

Nunca una mujer con espadín se había visto tan hermosa y apasionada como en esta película en la que Sophie Marceau da vida al personaje de Eloise-Adelaide-Jeanne D’Artagnan, hija del famoso mosquetero.

El logro se lo debemos al director Bertrand Tavernier, quien nos presenta una historia de intrigas y enredos en la corte de Luis XIV, el Rey Sol. La ambientación, la fotografía y la música son muy buenas, pero el valor de la película se debe principalmente a las actuaciones de Philippe Noiret, en el papel de D’Artagnan, Gigi Proietti, en el del cardenal Mazarino, y Claude Rich en el del Duque de Crassac.

“La hija de D’Artagnan” puede decepcionar a aquellos que esperan una película de acción, porque más bien se trata de una comedia que recurre a un humor muy negro, en donde se ridiculizan a los íconos de la historia, como el monarca francés y su consejero espiritual, y de la leyenda, como los cuatro (no tres) mosqueteros de la novela de Dumas; resultando así que las estocadas más emocionantes de esta obra no son las corporales, sino las mentales, que hacen que todos los personajes queden mal parados, principalmente los hombres, pues esta cinta tiene un toque, o mejor aún, un “estoque” muy feminista.

La fille de D’Artagnan
Bertrand Tavernier, 1994, Francia
Con: Sophie Marceau, Philippe Noiret, Sami Frey
135 min.



Cinco minutos de gloria


Parábola de una guerra fratricida

“Cinco minutos de gloria” (Five minutes of Heaven) es un drama profundo de connotaciones psicológicas y espirituales. Esta obra fue dirigida por Oliver Hirschbiegel y derrocha excelentes actuaciones de Liam Neeson y James Nesbitt.

La historia se desarrolla en Irlanda en la época actual y, mediante flashbacks, en 1975. El tema es la inmemorable guerra fratricida entre protestantes y católicos en esa isla, pero retratada en una parábola intimista y brutal. La trama es muy buena y hay que verla, aquí sólo presento la premisa de la cual parte: dos hombres son convocados por un programa de televisión para enfrentarse y tratar un problema del pasado que los atañe a ambos. Uno de ellos, años atrás, mató al hermano del otro individuo, crimen que éste presenció cuando era tan sólo un niño. El asesino pasó varios años en prisión, lugar en donde se regeneró, y ahora es un orientador social que se dedica a dar conferencias para evitar que los jóvenes caigan en la delincuencia. El otro hombre, hermano de la víctima, vive atormentado por ese trauma del pasado, y más por el hecho de que su propia madre le echó encima una culpa ajena. Por su parte, los productores del programa quieren traer bajo los reflectores este caso para ver cómo lo encaran ambos sujetos, pero el encuentro no será fácil porque los dos están a punto de estallar de nervios y resulta impredecible cómo van a reaccionar.

Así, esta cinta contiene los ingredientes para un thriller psicológico brutal, y tengo que subrayar que es una obra que se mueve con un argumento psicológico y no político, porque algunos críticos la han acusado de ser superficial en el trato del tema social implicado en ella, y la descartan en contraste con otras películas que han acertado más en este sentido. Pero, como lo dije anteriormente, “Cinco minutos de gloria” es una parábola de la guerra fratricida entre católicos y protestantes, la cual tiene el mérito no sólo de ser un suspense que sí logra mantenernos en suspenso (valga la redundancia intencional), sino sobre todo de ser una obra que nos revela los entramados mentales que perviven en los hombres que matan, que odian, que sienten culpa y que quieren exorcizar los fantasmas del pasado; y en este sentido, y dentro de la temática mencionada, creo que sólo esta película lo hace.

Five minutes of Heaven
Oliver Hirschbiegel, 2009, RU-Irlanda
Con: Liam Neeson, James Nesbitt
89 min.



Los miserables


Miserables son los que no conocen el amor

—Y no olvide, no olvide jamás, prometió convertirse en un hombre nuevo.
—¿Por qué está haciendo esto?
—Jean Valjean, hermano mío, ya no le perteneces al mal. Con esta plata he comprado tu alma. Te he rescatado del miedo y del odio; y ahora te devuelvo a Dios.

Este es uno de los diálogos introductorios de la película “Los miserables”, el cual nos da una idea de que estamos ante una gran historia. Esta obra es un enorme y sublime drama de redención, es de lo mejor que he visto en el cine, es arte puro y puro mensaje cristiano en su más alta expresión.

La cinta fue dirigida por el director danés Bille August, cuenta con un gran elenco encabezado por Liam Neeson, Geoffrey Rush y las bellísimas Uma Thurman y Claire Danes. “Los miserables” se basa en la novela homónima de Víctor Hugo, y está ambientada en la Francia de principios del siglo XIX. No puedo contar la historia porque la fuerza de ésta radica en ir siguiendo los pasos y pruebas del personaje principal, y eso es algo que merece que cada espectador experimente viendo la película. Sólo diré que trata sobre un delincuente y su camino hacia la redención, tratando importantes cuestiones como los pecados del pasado, el perdón, la justicia, la verdad, la conversión, el amor al prójimo y la fe cristiana.

Muchos críticos han demolido esta película diciendo que se aleja mucho de la novela original, yo no he leído aún la novela de Víctor Hugo y por eso no la juzgo a la luz de ésta, sin duda la obra literaria puede ser mejor; pero creo que una película basada en una novela no tiene porque ser un duplicado o copia al carbón de ella, el cineasta lo que hace es una interpretación libre de la novela, es como un pintor actual que hace una nueva versión de un cuadro clásico, no tiene porqué hacerlo igual, porque entonces su obra simplemente sería una copia y no aportaría nada nuevo. “Los miserables” es una obra de Bille August y su guionista Rafael Yglesias, quienes se basaron en la trama del escritor francés, y les puedo asegurar que es una película magnífica, de lujo, altamente recomendable, es una cinta que no queda a deber nada, al contrario, es un derroche de buen arte, de gran historia y de mensaje de amor, pero no un amor melifluo, sino un poderoso amor de redención.

Les miserables
Bille August, 1998, RU-Alemania-EUA
Con: Liam Neeson, Geoffrey Rush, Uma Thurman, Claire Danes
134 min.

El viaje de August King


Balada por la libertad

John Duigan no es un director muy reconocido, pero ha hecho películas interesantes en las que trata temas trascendentales como la justicia y la libertad, la cinta “The Journey of August King” es una prueba de ello, la cual me parece semejante a una emotiva balada que celebra precisamente el don de la libertad.

La película, protagonizada por Jason Patric y Thandie Newton, está ambientada en 1815 en Carolina del Norte, nos presenta una historia que se balancea entre la duda y el amor, pasando por el valor, sobre la relación entre un hombre blanco y una hermosa esclava que está huyendo de su amo. El ritmo de la película es moderado, pero no está desprovisto de emoción, con una trama en la que todo parece perseguir a esta pobre mujer: los pobladores, los perros, los gansos, el río, los arbustos y hasta sus propios traumas del pasado. En medio de esta cacería, el joven blanco también se siente amenazado por los recuerdos de la que fuera su esposa y quien ya no está con él, viendo en la ayuda que brinda a la esclava una oportunidad para redimir su pasado.

La cinta está basada en la novela homónima de John Ehle, un autor norteamericano famoso por sus historias desarrolladas en los Montes Apalaches y en los estados del Sur de Norteamérica, quien con esta historia, “El viaje de August King”, da muestra no sólo de conocer la geografía de su país, sino también la del más complicado de los territorios: la mente humana.

The journey of August king
John Duigan, 1995, EUA
Con: Jason Patrick, Thandie Newton, Sam Waterston, Larry Drake
99 min.

Carros de fuego


Carros con el fuego del Espíritu

«Creo que Dios me hizo con un propósito, para ir a China, pero también me hizo veloz, y cuando corro siento su complacencia; el renunciar sería como despreciarlo… ganar es honrarlo».

Estas palabras son expresadas por el actor Ian Charleston, en el papel del atleta Eric Liddell en la película “Carros de fuego”, la cual es una obra de arte y de gran inspiración espiritual.

Esta producción fue dirigida por Hugh Hudson, cuenta con una hermosa fotografía, buen vestuario y una incomparable pista musical de Vangelis. Esta combinación de factores le valió ser merecedora de cuatro premios Óscar, incluyendo el de mejor película.

Su historia está ambientada en Europa a principios del siglo XX, trata sobre la participación de dos corredores, uno cristiano y el otro judío, en las Olimpiadas de París en 1924. El primero fue Eric Liddell (1902-1945), llamado “el escocés volador”, el cual se distinguió por dos cosas: por su talento y por su fe cristiana; fue un campeón en carreras de velocidad y mostró una convicción religiosa inquebrantable, aprovechando todo momento para dar testimonio evangélico. Después de ganar las olimpiadas, Liddell se retiró para servir como misionero en China, murió joven y se dice que toda Escocia lo lloró.


El segundo atleta fue Harold Abrahams (1899-1978), él era británico y de origen judío; también fue un corredor de primer nivel, participó en el mismo equipo que Liddell y al igual que éste, obtuvo una victoria en las Olimpiadas de 1924.

La película tiene un gran mensaje, muestra a deportistas apasionados por sus competencias, pero también por sus convicciones religiosas, quienes movidos por el fuego del Espíritu se ayudan mutuamente para alcanzar la victoria.

Chariots of fire
Hugh Hudson, 1981, RU
Con: Ian Charleston, Ben Cross, John Gieguld, Ian Holm
123 min.

Carros de fuego - Trailer:


El expreso de medianoche


La media noche del alma humana

Esta película te deja inmóvil, te aplasta y te ahoga en lágrimas, pero después de reflexionar en su mensaje, te deja una gran lección. La cinta fue dirigida por Alan Parker, se basa en una historia real de un joven norteamericano que en 1970 intentó sacar droga de Turquía, con consecuencias desastrosas para su vida, las cuales no las voy a contar aquí, porque vale la pena que la vean.

Sólo diré un par de cosas: su historia tiene lecciones para aquellas personas que se quieren pasar de listas y se les hace fácil delinquir, en un instante sus vidas pueden dar un revés y desgraciar el resto de su existencia. Pero también es una historia que nos muestra hasta dónde se pueden deshumanizar los hombres en situaciones de violencia, crueldad y odio, peor aún cuando esas personas son aquellas que ostentan y representan la autoridad civil.

Por el lado artístico, “El expreso de media noche” me parece una gran obra, cuenta con grandes actuaciones de Brad Davis y John Hurt, tiene una excelente fotografía que se disfruta mucho en su formato original de widescreen, y cuenta con una hermosa pista musical de Giorgio Moroder. No en vano esta cinta se hizo merecedora de 2 premios Óscar, por guión y música.

Vaya pues un 9 para esta película que nos muestra la media noche del alma humana, en la que convergen los corazones cegados por el pecado y los endiablados sistemas judiciales de gobiernos amorfos, profunda oscuridad en la que, sin embargo, se vislumbra el alba de la esperanza.

Midnight Express
Alan Parker, 1978, EUA
Con: Brad Davis, John Hurt, Irene Miracle, Randy Quaid
121 min.

El sustituto


Película hermosa, historia cruel, gobierno inmoral

“Changeling” es una película que me encantó, pero me dejó helado. Se trata de un drama muy denso, el cual provoca escalofríos por la brutalidad de su historia y, sobre todo, por saber que se basa en un caso real. Esta obra fue dirigida por el veterano Clint Eastwood, nombre que por sí solo garantiza la calidad de la obra, y si a esto le agregamos las actuaciones de los galardonados Angelina Jolie y John Malkovich, pues la mezcla está dada para una producción de visión obligada para todo cinéfilo.

La cinta me gustó porque está ambientada en el período de 1928 a 1935 en Los Ángeles, California, y la recreación de esa época es magistral, maravillosa, de lo mejor que he visto en el cine. Todo en ella es arte puro: los paisajes, los carros, el vestuario, la música y aun la fotografía, que con sus tonalidades de sepia, da mayor impresión de antigüedad. Es tan espléndida la ambientación que a veces hace que uno se distraiga de los diálogos poniendo atención en los detalles visuales, y más si uno es amante del cine de época, como es mi caso.

Y todo este marco artístico sirve para presentar una historia desgarradora: una mujer que pierde a su hijo, y después sufre el escarnio de parte de la policía cuando le dice que lo ha encontrado y le entrega un niño que no es el de ella. Para agravar más su dolor las autoridades orillan a la mujer a que se lo lleve a su casa y lo acepte. Nadie parece compadecerse de ella, a quien empiezan a tratar como loca, sólo un pastor presbiteriano, quien tiene un programa de radio y hará todo lo posible por denunciar este atropello moral. Ambos lucharán por sacar a luz la verdad, en contra de un sistema judicial que se escuda en el engaño y que no se tienta el corazón para silenciar toda voz que se levante en su contra.

“Changeling” resulta así una obra valiosa por su calidad artística, pero también por su calidad moral, pues se atreve a denunciar la corrupción que ya existía desde hace décadas en el seno de un gobierno que hoy se sigue ostentando como el más justo y honesto de la tierra…

Changeling
Clint Eastwood, 2008, EUA
Con: Angelina Jolie, Gattlin Griffith, John Malkovich
141 min.


(Trailer HD:)

El otro muro


¡Muera yo con todos los filisteos…!

“El otro muro” es un documental de gran relevancia para hacer conciencia sobre las construcciones físicas e ideológicas que dividen a los hombres. Trata sobre el extenso muro de concreto que las autoridades judías erigieron en Israel para separar los poblados hebreos de los palestinos. La película fue dirigida por la cineasta Simone Bitton, quien tiene una triple nacionalidad, pues es francesa, árabe y judía, condición que le favorece para abordar con mayor tino y sensibilidad su tema.

El muro, conocido también como “valla de Cisjordania”, fue inaugurado en 2002 como un mecanismo de defensa, según el gobierno de Israel, contra los atentados de terroristas palestinos. En un principio se dijo que era específicamente para evitar que los extremistas dispararan contra los automóviles que transitan por la autopista. Sin embargo, la valla, que corre de norte a sur, tiene una extensión de varios kilómetros y atraviesa por poblados y ciudades por donde no pasa ninguna vía rápida.

Lo cierto es que tal medida ha afectado a muchos palestinos que viven en esas zonas divididas, pues les ha dejado separados de sus tierras de cultivo, centros de trabajo, de salud, de educación y hasta de sus familiares y amigos. Esto ha propiciado que los afectados crucen ilegalmente la barrera por lugares sumamente peligrosos, corriendo el riesgo de sufrir un accidente o de ser capturados por los soldados israelíes que patrullan esas zonas.

La cinta también recoge las opiniones de diferentes personas sobre dicho muro. Por el lado palestino hay una reprobación total ante tal medida, sobre todo de personas pobres que viven al lado de la valla. Por el lado hebreo, obviamente el apoyo es mayoritario, pero no es uniforme, por ejemplo, un guía israelí se conmueve ante la cámara, a punto de llorar, diciendo que el muro no sólo afecta a los palestinos, sino también a los israelitas quienes han quedado segregados, dice que esta medida es una versión post-moderna de aquél grito bíblico de: «¡Muera yo con todos los filisteos!»

La autora de esta película no da conclusiones ni expresa su opinión, de hecho, se abstiene de narrar el caso, prefiere que las imágenes y las entrevistas hablen por sí mismas —y vaya que lo hacen—. Una de las más sugestivas es la toma que presenta un graffiti en el muro, el cual no es sino un paisaje que transparenta el concreto, el cual completa las siluetas de los árboles y presenta en lontananza un hermoso valle que se extiende hasta un horizonte azul, en donde se fusiona con el cielo real, sugiriendo así que las políticas de los hombres dividen, pero la esperanza tiene el poder de derribar esas barreras y permitirnos ver el mundo tal como fue creado: un mundo hermoso y maravilloso.

Mur
Simone Bitton, 2004, Francia-Israel
Documental
96 min.

Mi vida dentro


“Mi vida dentro”… de una pesadilla americana

En 2003 Rosa Olvera, una joven mexicana indocumentada, fue arrestada en Austin, Texas, acusada de haber asesinado a un niño pequeño que estaba bajo su cuidado, aunque no existían pruebas que la inculparan. La película “Mi vida dentro” presenta el infierno que a partir de ese momento sufrió Rosa: intimidaciones por parte de la policía, su dura estancia en la cárcel, el largo proceso judicial, entrevistas a familiares y a funcionarios involucrados, y el testimonio de ella misma.

Esta película es uno de los mejores documentales que se han hecho en México, y es tal su importancia que está dando la vuelta alrededor del mundo, pues con este trabajo Lucía Gajá, su directora, ha puesto en el banquillo de los acusados nada menos que al sistema judicial de los Estados Unidos de Norteamérica.

Por medio de su relato testimonial, “Mi vida dentro” acusa de abusivo al sistema policial norteamericano, porque condena sin tener pruebas en la mano.

Acusa de racistas a los funcionarios gringos, porque la fiscal del caso se refiere a Rosa diciendo que “para ser mexicana es muy inteligente…”

Y acusa de injusto al sistema judicial yanqui, porque rechaza las pruebas que exoneran de culpa a Rosa y porque el juez en turno dice que él personalmente hubiera juzgado el caso con menor severidad.

Pero “Mi vida dentro” es también el grito de los que no tenían voz, como Rosa, quien no hablaba inglés y no conocía sus derechos, pero que ahora puede contar su historia; o la madre de Rosa y los padres de otras mujeres presas en Estados Unidos, cuyos lamentos eran desconocidos, porque antes de este documental se decía que no existían mexicanas encarceladas en ese país.

“Mi vida dentro” hace visibles a quienes no tenían rostro, como Rosa, menospreciada por su color de piel y su condición de ilegal, pero que aquí habla ante las cámaras; o su madre, una pobre vendedora ambulante de tamales, conocida sólo en las calles de su colonia, pero quien logra subirse a la tribuna para defender a su hija.

Por último, “Mi vida dentro” es un recuento de sueños frustrados, como el de Rosa, quien perseguía el sueño americano, pero vio cómo éste se convirtió en una “pesadilla americana”; o el de su abogada, una mujer norteamericana quien dice que está decepcionada del sistema judicial de su país y lo acusa de corrupto.

“Mi vida dentro” es una película de un valor incalculable, no sólo por lo que revela, sino por lo que produce, porque en donde se sigue proyectando, sobre todo en las regiones más pobres de México, logra que muchas personas reconsideren su deseo de emigrar al país del norte, no sea que también su sueño se vea transformado en una terrible pesadilla de la que no puedan despertar.

Mi vida dentro
Lucía Gajá, 2007, México
Documental
120 min.



Camino a la redención


En donde el sufrimiento y la venganza se cruzan

“Reservation road” es una curva peligrosa en donde fatalmente se cruzan dos historias, pero también dos experiencias muy humanas: el sufrimiento y el deseo de venganza. Terry George dirige este thriller, al cual supo sacarle provecho con las excelentes actuaciones de Joaquin Phoenix, Mark Ruffalo y Jennifer Connelly.

La historia comienza con un episodio brutal: cierta noche un hombre que conduce una camioneta acompañado de su hijo, por descuido atropella a un niño frente a una tienda y ante los ojos de su padre. El homicida imprudencial escapa y esconde su vehículo; la familia del niño fallecido queda destrozada, la madre empieza a superarlo, pero el padre no, sino que se obsesiona por buscar al culpable; el destino se encarga de cruzar los caminos de los dos hombres, pero de tal forma que al padre afectado parece no quedarle otra alternativa que hacer justicia por su propia mano.

La película maneja muy bien el suspenso, acelera el corazón y mantiene al espectador pegado al asiento, pero no por escenas de acción o violencia, sino por el desarrollo de un argumento inteligente, que en momentos no sitúa en los zapatos del homicida imprudencial, al cual nos sentimos impulsados a compadecer porque su crimen fue un accidente, así como en el lugar del padre sufriente, cuyo dolor es desgarrador y en su ímpetu de venganza nos provoca, pero al mismo tiempo nos desafía para sopesar si en una tragedia así, es posible conceder perdón.

Una película anterior, “Que la bete meure”, de Claude Chabrol (1969), trata una historia semejante: un niño que muere atropellado y el padre que busca vengarse, pero hasta ahí, en lo demás resuelven diferente, aunque ambas obras presentan desafíos psicológicos similares.

“Camino a la redención” es un buen thriller psicológico, una película fuerte, pero, como ya dije, no tanto por sus escenas, sino por su historia, la cual, me parece, fue hecha precisamente para hacernos pensar no sólo con la cabeza, sino ante todo con el corazón. Le doy un “8” a esta película y les animo a que la vean ya, ya, ya…

Reservation road
Terry George, 2007, EUA
Con: Joaquin Phoenix, Mark Ruffalo, Jennifer Connelly
102 min.

No sin mi hija


Matrimonio mixto y extremismo religioso

Esta película presenta de manera interesante el drama sobre un matrimonio mixto: él un médico iraní, de religión musulmana, y ella una norteamericana cristiana, ambos tienen una hermosa niña; a pesar de las diferencias, la familia vive feliz, hasta el día en que él se las lleva a Irán con la promesa de tomar unas vacaciones y conocer a sus parientes. Una vez en ese país, él decide que se quedarán ahí, porque ya no tiene trabajo en Norteamérica y además quiere que su hija crezca como una musulmana. La mujer se rehúsa, le dice a su esposo que las deje regresar, él le dice que puede hacerlo, pero sin la niña, ella le dice que no se irá sin su hija, decisión que desatará una lucha en la que ellas intentarán alcanzar su libertad.

La historia está inspirada en hechos reales, se basa en el libro autobiográfico “No sin mi hija”, de Betty Mahmoody, en el cual la autora da testimonio de su tormentoso drama. La película fue dirigida por Brian Gilbert y cuenta con las buenas actuaciones de Sally Field y Alfred Molina, cuando éste todavía no era famoso. La cinta tiene un buen ritmo que mantiene al espectador en suspenso continuo y más por el hecho de que cada vez se hace más emocionante.

Desde luego, el argumento de esta película está permeado de la ideología yanqui que ve toda cultura exógena y extraña como inferior, sin embargo, tiene cierto valor por presentarnos la cara del Islam bajo un régimen totalitario y también por llevarnos a ponderar las posibles consecuencias de matrimonios entre personas con religiones y tradiciones tan contrastantes.

Not without my daughter
Brian Gilbert, 1990, EUA
Con: Sally Field, Alfred Molina, Sheila Rosenthal, Roshan Seth
116 min.

Trailer de No sin mi hija:


¡Viva Zapata!


Nunca una película gringa había sido tan mexicana

Esta obra, dirigida por Elia Kazan, es uno de los mejores retratos cinematográficos sobre el héroe revolucionario Emiliano Zapata, y aunque es una película norteamericana, antigua y en blanco y negro, es muy superior a la versión mexicana, reciente y a colores del director Alfonso Arau.

“¡Viva Zapata!” cuenta con las actuaciones de dos luminarias del cine clásico de Hollywood: Marlon Brando y Anthony Quinn. Antes de ver esta película yo, como mexicano, consideraba que era una burla y casi un sacrilegio vestir a Marlon Brando de charro, ponerle bigote y personificarlo como Emiliano Zapata, pero al ver la cinta me di cuenta que me equivoqué, que el actor norteamericano representó muy bien su papel.

La película retrata al caudillo de la revolución mexicana no al estilo de las monografías de escuela primaria, ni según las hagiografías nacionalistas, sino de una manera heterodoxa: presenta la razón de su lucha, su condición de analfabeto y su amor por una hermosa ranchera; además, hay una hermosa escena en la que Zapata pide a su mujer que le enseñe a leer, ella coge una Biblia y comienza con el primer capítulo del Génesis, el cual él repite como un niño.

Un dato anecdótico de esta producción es que el año que el director Elia Kazan estrenaba su película dándole honor al héroe revolucionario, él mismo delataba a sus antiguos compañeros de filiación comunista e ideas revolucionarias.

Mención aparte merece el actor mexicano Anthony Quinn, quien interpreta un excelente papel como Eufemio Zapata, hermano del caudillo. Con su imponente presencia, Quinn llena la pantalla y de no haber alternado con un actorazo como Brando, sin duda aquél se hubiera comido al personaje principal. Tan buena fue la actuación de Anthony Quinn que se ganó el Óscar como mejor actor secundario, el único premio para esta obra que injustamente no se llevó más, porque, para mi gusto, merecía llevarse también los de mejor dirección, actor principal, guión y fotografía, pues nunca una película gringa había sido tan mexicana como “¡Viva Zapata!”

¡Viva Zapata!
Elia Kazan, 1952, EUA
Con: Marlon Brando, Jean Peters, Anthony Quinn, Margo, Harold Gordon
B&N 113 min.

Jesús de Nazareth (TV)


Gajes del oficio de recrear a “Jesucristo”

Es curioso que una de las mejores películas sobre Cristo no es película, sino una serie de televisión, ésta es “Jesús de Nazaret”, de Franco Zeffirelli; pero más curiosas son las anécdotas que sucedieron en torno a ella, según lo narró el mismo director en su libro autobiográfico.

* Para empezar, Zeffirelli no quería rodar esta serie, porque él creía que con su película anterior: “Hermano Sol, hermana Luna”, ya había dicho todo lo que tenía que decir en materia de religión.

* Una vez aceptado el proyecto, Zeffirelli se propuso hacer una versión de la vida de Jesús que resaltara su aspecto humano, y en particular su identidad judía, de ahí que llevaría el título de “Jesús de Nazaret”.

* Esta obra también sería un proyecto ecuménico, es decir, aceptable para todas las confesiones religiosas. Zeffirelli, por su parte, expresó que su objetivo era «mostrar que los cristianos y los judíos tienen raíces comunes, compartidas», y que «por intermedio de Cristo, todos éramos hijos de Abrahán».

* La producción de esta serie tardó dos años en realizarse y se rodó en el norte de África, específicamente en Marruecos y Túnez.

* El elenco fue muy extenso e incluyó a grandes estrellas, como Laurence Olivier, Peter Ustinov, Anthony Quinn, Claudia Cardinale, Ralph Richardson, Christopher Plummer y Michael York. Este reparto fue muy selecto, porque Zeffirelli dijo que veía su película como una ofrenda a Cristo.

* Robert Powell, quien interpretó a Jesús, incialmente iba a representar el papel de Judas Iscariote, pero después calificó mejor para ser el personaje principal.

* Olivia Hussey, quien interpreta a la virgen María, había trabajado anteriormente con Zeffirelli en “Romeo y Julieta”, desde entonces ya se había casado, había tenido un hijo y se había divorciado.

* Hussey practicaba la meditación trascendental y tenía un gurú. En la escena de la Anunciación entró en un estado hipnótico, lo cual le dio mayor realismo a su interpretación; pero cuando filmaban la Pietá tuvo un ataque de histeria del cual no podía salir, hasta que Ann Bancroft le dio unas bofetadas gritándole que era una irresponsable.

* Los extras, o figurantes, de la película eran pobladores del norte de África, quienes nunca habían estado en una filmación, cuando se realizaban las escenas de la pasión y la crucifixión de Jesús, se asustaron y comenzaron a gritar porque creían que en realidad estaban torturando y matando al actor.

Jesus of Nazareth
Franco Zeffirelli, 1977, RU-Italia
Con: Robert Powell, Anne Bancroft, Claudia Cardinale, Laurence Olivier, Christopher Plummer, Anthony Quinn, Michael York, Olivia Hussey, Ian Holm
382 min.

Jesús (TV)


¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre…?

Esta es la pregunta que hizo Jesús a sus discípulos, y es la misma que nos hace el día de hoy, si tomamos el cine como referencia diremos que las respuestas son muchas y muy diversas, he aquí algunos ejemplos:

* Un Jesús lacrimógeno, en “El mártir del calvario” (1952).

* Un Jesús recién salido del salón de belleza, en “Rey de reyes”, de Nicholas Ray (1961).

* Un Jesús inexpresivo, como muñeco de cera, en “La Historia más grande jamás contada”, de George Stevens (1965).

* Un Jesús poeta con barba postiza, en “Jesús nuestro Señor”, de Miguel Zacarías (1971).

* Un Jesús hippie, en “Jesucristo Superstar”, de Norman Jewison (1973).

* Un Jesús torpe y promiscuo en “La última tentación de Cristo”, de Martin Scorsese (1988).

* Un Jesús sanguinolento, en “La pasión de Cristo”, de Mel Gibson (2004).

Pero, ¿qué clase de Cristo es éste que nos presenta Roger Young en este intento de película a la que tituló simplemente: “Jesús”? Pues la más original de todas:

* Un Jesús súper héroe, que rivalizará en adelante con un Spiderman, o un Capitán América, o un Linterna Verde y más asociados de la Liga de la Justicia.

Bueno, debe perdonársele por el hecho de que no hizo propiamente una película, sino una mini serie de televisión (¡de 4 horas!) destinado al público gringo. Y en ella parece que Jesús es todo, menos “Jesús”, al menos no el que nos presentan los Evangelios. Roger Young debió haberle puesto a su película el nombre completo de su “Jesús”, algo así como “Jesús Intergaláctico”, o “Jesus Kent”, o hasta si se quiere “Jesús Pérez”, pero no simplemente “Jesús”, porque ese nombre queda tan incierto como desatinada su película (digo: serie).

Pero, bueno, ya en este plan más relajado, he de confesar que sí me gustó el “Jesús”, de Roger Young, al menos por presentar un Jesús más jovial, más alegre y muy diferente al de las películas arriba mencionadas. Aunque sigo sin entender cómo carambas pudieron aceptar un papelito en esta película (digo: serie) los señorones Jeroen Krabbé y Gary Oldman.

(ADVERTENCIA: Esta película no es para santiguarse ni para inspirarse en Semana Santa, porque son inevitables las carcajadas…)

Mary, Mother of Jesus
Kevin Connor, 1999, EUA
Con: Christian Bale, Pernilla August, Geraldine Chaplin
87 min.