lunes, 7 de mayo de 2012

Doña Perfecta

UNA PELÍCULA PERFECTA CON UNA ACTRIZ PERFECTA

Esta obra es maravillosa, verdaderamente extraordinaria, por su director, por su historia, por sus elementos artísticos, por su reparto y por su actriz principal, elementos todos que hacen de ella una película perfecta, como ya lo sugiere su título.

Esta producción fue dirigida por Alejandro Galindo en 1950 en la que parece ser su mejor obra. La historia es una adaptación de la novela de Benito Pérez Galdós, la cual en esta versión está ambientada en el México decimonónico, específicamente en 1870 en un pueblo imaginario llamado “Santa Fe”, nombre que no podía ser más sugestivo. En este lugar vive Doña Perfecta, mujer de la alta sociedad, conservadora y, sobre todo, ultracatólica, en apariencia “intachable”. En torno a ella se agrupa la liga católica del pueblo. Doña Perfecta manda a llamar a su sobrino de la capital con la intención de casarlo con su hija, pues le parece un buen partido; pero cuando el joven llega, ella y sus allegados se dan cuenta de que él tiene pensamientos liberales, así que se escandalizan y lo consideran ateo. Este es sólo el nudo, hay que ver el desenlace, el cual es apoteósico y nos remite a escenas gloriosas e inmortales del cine, al estilo de “Lo que el viento se llevó”.

Un momento curioso y anecdótico de la película es cuando se descubre que el joven liberal lleva consigo literatura protestante, dato verdaderamente insólito en una película mexicana de mediados del siglo XX, cuando el tema del protestantismo en México era un verdadero tabú.

A todas estas virtudes hay que añadir que “Dona Perfecta” es una obra que cuenta con elementos artísticos de gran calidad, la ambientación, el vestuario, la fotografía son excelentes y los actores están todos muy bien en sus papeles; pero lo que resalta en esta película es una actuación perfecta de la maravillosa Dolores del Río en el papel protagónico, quien destella no sólo por su belleza, sino sobre todo por su talento histriónico para dar vida a una mujer que pasa de la simpatía a la antipatía, de la amabilidad a la intolerancia y del amor al odio.

En fin, 10, 10, 10 para una película que, ironías de la vida, me costó el equivalente a un dólar en una tienda de ofertas, y la cual ahora está entre mis más preciadas joyas, como una obra invaluable, pues me parece una digna muestra de lo que es una película perfecta.

DOÑA PERFECTA
Alejandro Galindo, 1950, México
Con: Dolores del Río, Julio Villarreal, Carlos Navarro, Esther Fernández, José Elías Moreno
115 min. B&N

La Biblia: en el principio…


JOHN HUSTON: CINEASTA Y TEÓLOGO

“The Bible: In the beginning…” es una película maravillosa, que estremece y hace reír, pero sobre todo reflexionar. Fue dirigida por el gran cineasta John Huston y derrocha virtud por las actuaciones de Ava Gardner, Richard Harris, Franco Nero, Peter O’Toole y el propio Huston. La cinta aborda los primeros capítulos del libro de Génesis, desde la creación del hombre hasta la época de los patriarcas. Hay tres eventos que a mí me gustan mucho:

El primero es de suspenso: el relato de Adán y Eva. Apoyado en la fotografía y en la música, Huston envuelve la creación del hombre en un aura de misterio, los padres de la humanidad surgen en un mundo que se percibe primitivo y desolado, pareciera que se desprenden de un extenso letargo de una etapa pre-humana. Apenas concientes de su humanidad, Adán y Eva son tentados por una serpiente antropomorfa, la cual les engaña, les seduce y les violenta sin piedad, traspié con el que ellos caen y se convierten en errantes en esta Tierra y fugitivos de su propia esencia espiritual.

El segundo acto que me gusta, me parece cómico: el arca de Noé. Huston mismo personifica al héroe bíblico, es un Noé bonachón y simpático, aunque no muy hábil con los números, porque se hace bolas cuando Dios le da las instrucciones para construir el arca. También sufre las burlas de sus vecinos, quienes al ver su labor le toman por loco. Una escena chistosa es cuando a punto de empezar a llover, Noé, cual si fuera el flautista de Hamelin, empieza a tocar una flauta para llamar a todos los animales. Y ya dentro del arca, él y sus hijos se las ven negras con la titánica tarea de alimentar a tantas bestias.

El tercer acto es apoteósico: el sacrificio de Isaac. Cuando Abraham escucha la orden de sacrificar a su hijo, duda que sea Dios quien le hable, tal vez sea el demonio. Así que Abraham alterca con esa voz y se rehúsa a cumplir la orden. Pero al otro día, como hipnotizado, parte con su hijo hacia la montaña. El trayecto es muy lacerante, el niño va contento porque ayudará a su padre a hacer un sacrificio, pero cuando llegan al monte no hay ningún animal, su padre lo ha engañado, su héroe se ha vuelto en su contra y lo va a matar. Pero justo en el momento en que Isaac va a morir, y con él también Abraham, porque ya se está muriendo por el sufrir, Dios detiene la mano de Abraham y le provee un carnero para la expiación.

Y con esta escena Huston se vuelve teólogo, una voz se oye desde el cielo: «Mira, te he refinado como metal en un horno de fundición; te he escogido en el horno de la aflicción. Ahora multiplicaré tu descendencia como las estrellas de los cielos y como los granos de arena en la orilla del mar».

Es Dios quien le habla a Abraham y con él a nosotros: cuando pensamos que todo en nuestra vida ha terminado, justo en ese momento viene lo mejor de parte de Dios.

The Bible: In the beginning…
John Huston, 1966, EUA
Con: John Huston, Ava Gardner, Richard Harris, Franco Nero, Peter O’Toole
172 min.