domingo, 6 de mayo de 2012

Carros de fuego


Carros con el fuego del Espíritu

«Creo que Dios me hizo con un propósito, para ir a China, pero también me hizo veloz, y cuando corro siento su complacencia; el renunciar sería como despreciarlo… ganar es honrarlo».

Estas palabras son expresadas por el actor Ian Charleston, en el papel del atleta Eric Liddell en la película “Carros de fuego”, la cual es una obra de arte y de gran inspiración espiritual.

Esta producción fue dirigida por Hugh Hudson, cuenta con una hermosa fotografía, buen vestuario y una incomparable pista musical de Vangelis. Esta combinación de factores le valió ser merecedora de cuatro premios Óscar, incluyendo el de mejor película.

Su historia está ambientada en Europa a principios del siglo XX, trata sobre la participación de dos corredores, uno cristiano y el otro judío, en las Olimpiadas de París en 1924. El primero fue Eric Liddell (1902-1945), llamado “el escocés volador”, el cual se distinguió por dos cosas: por su talento y por su fe cristiana; fue un campeón en carreras de velocidad y mostró una convicción religiosa inquebrantable, aprovechando todo momento para dar testimonio evangélico. Después de ganar las olimpiadas, Liddell se retiró para servir como misionero en China, murió joven y se dice que toda Escocia lo lloró.


El segundo atleta fue Harold Abrahams (1899-1978), él era británico y de origen judío; también fue un corredor de primer nivel, participó en el mismo equipo que Liddell y al igual que éste, obtuvo una victoria en las Olimpiadas de 1924.

La película tiene un gran mensaje, muestra a deportistas apasionados por sus competencias, pero también por sus convicciones religiosas, quienes movidos por el fuego del Espíritu se ayudan mutuamente para alcanzar la victoria.

Chariots of fire
Hugh Hudson, 1981, RU
Con: Ian Charleston, Ben Cross, John Gieguld, Ian Holm
123 min.

Carros de fuego - Trailer:


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