Una hermosa
flor menospreciada
“Tess” es una de las mejores obras de
Roman Polanski, un profundo drama con tintes feministas que nos lleva a
cuestionar los presupuestos machistas y clasistas sobre los que se asentaba la
sociedad victoriana y que aún perviven hoy.
La historia se sitúa en Inglaterra en la década de 1880. Tess D’Urberville es una campesina hermosa y pobre, pero su padre ha descubierto que tienen noble abolengo y la envía en busca de sus parientes ricos para mejorar su situación. Pronto Tess descubre que el linaje y el dinero no es garantía de gente con valores morales, pues es víctima de malos tratos y desprecio, de parte de un hombre semental y de un estúpido caballero. Pero Tess cree en el amor, éste es su recurso de vida, el que le impulsa a caminar en medio de un mundo hostil. No importa cuánto le hayan hecho, ella se aferra al amor y, de ser posible, a recuperar al ser amado que se había perdido; pero ella es como una niña pura y ama con una ingenuidad que la llevará hasta extremos trágicos.
La historia se sitúa en Inglaterra en la década de 1880. Tess D’Urberville es una campesina hermosa y pobre, pero su padre ha descubierto que tienen noble abolengo y la envía en busca de sus parientes ricos para mejorar su situación. Pronto Tess descubre que el linaje y el dinero no es garantía de gente con valores morales, pues es víctima de malos tratos y desprecio, de parte de un hombre semental y de un estúpido caballero. Pero Tess cree en el amor, éste es su recurso de vida, el que le impulsa a caminar en medio de un mundo hostil. No importa cuánto le hayan hecho, ella se aferra al amor y, de ser posible, a recuperar al ser amado que se había perdido; pero ella es como una niña pura y ama con una ingenuidad que la llevará hasta extremos trágicos.
Está película es una maravilla, se basa en la novela “Tess of the D’Urberville” de Thomas Hardy. Polanski la rodó en Francia con un presupuesto de 12 millones de dólares, la producción más cara en ese país hasta entonces. Y es que tuvo que recrear en el territorio galo algunos parajes ingleses, como las ruinas de Stonehenge, para la escena final. La fotografía es muy hermosa, también la ambientación y el vestuario; pero, sin duda, la ovación se la merece Nastassja Kinski, la actriz alemana que entonces estaba en todo su esplendor e hizo un gran papel, como una bella flor que sintonizaba con el entorno campestre de la película, y quien por la misma razón hizo que su drama fuera más impactante, pues ¿quién no lamenta cuando una flor hermosa es maltratada?
TESS
Roman Polanski, 1979, Francia
Con: Natassia Kinski, Leigh Lawson, Peter
Firth
172 min.
El sacrificio de Tess - Trailer
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