Carros con el fuego del Espíritu
«Creo que Dios me hizo con un propósito, para ir a China,
pero también me hizo veloz, y cuando corro siento su complacencia; el renunciar
sería como despreciarlo… ganar es honrarlo».
Estas palabras son expresadas por el actor Ian Charleston, en
el papel del atleta Eric Liddell en la película “Carros de fuego”, la cual es
una obra de arte y de gran inspiración espiritual.
Esta producción fue dirigida por Hugh Hudson, cuenta con una
hermosa fotografía, buen vestuario y una incomparable pista musical de
Vangelis. Esta combinación de factores le valió ser merecedora de cuatro
premios Óscar, incluyendo el de mejor película.
Su historia está ambientada en Europa a principios del siglo
XX, trata sobre la participación de dos corredores, uno cristiano y el otro
judío, en las Olimpiadas de París en 1924. El primero fue Eric Liddell
(1902-1945), llamado “el escocés volador”, el cual se distinguió por dos cosas:
por su talento y por su fe cristiana; fue un campeón en carreras de velocidad y
mostró una convicción religiosa inquebrantable, aprovechando todo momento para
dar testimonio evangélico. Después de ganar las olimpiadas, Liddell se retiró
para servir como misionero en China, murió joven y se dice que toda Escocia lo
lloró.
El segundo atleta fue Harold Abrahams (1899-1978), él era
británico y de origen judío; también fue un corredor de primer nivel, participó
en el mismo equipo que Liddell y al igual que éste, obtuvo una victoria en las
Olimpiadas de 1924.
La película tiene un gran mensaje, muestra a deportistas
apasionados por sus competencias, pero también por sus convicciones religiosas,
quienes movidos por el fuego del Espíritu se ayudan mutuamente para alcanzar la
victoria.
Chariots
of fire
Hugh Hudson, 1981, RU
Con: Ian Charleston, Ben Cross,
John Gieguld, Ian Holm
123 min.
Carros de fuego - Trailer:
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