jueves, 10 de mayo de 2012

Desapariciones


Historia de valor al ritmo del suspenso

Este es un western por debajo de la media, pero interesante por la forma en que aborda un conflicto espiritual y una tragedia familiar.

El filme fue dirigido por Ron Howard, quien tiene en su haber no sólo películas comerciales, sino también algunos dramas impactantes como El rescate, Una mente maravillosa y El luchador. “Desapariciones” se inserta en esta misma línea y aunque no alcanza el nivel de las obras mencionadas, se defiende por contar con la participación de Tommy Lee Jones y Cate Blanchett, y sobre todo por relatar una historia de valores al ritmo del suspenso.

Basada en la novela “The last ride”, de Thomas Eidson, su historia se ubica en 1885 en Nuevo México. Trata sobre una mujer que después de mucho tiempo se vuelve a encontrar con su padre, al cual rechaza por haberla abandonado cuando era niña. Sin embargo, un suceso inesperado y trágico, dará a ambos la oportunidad de reparar su distanciamiento y luchar juntos por lo que más vale, que es la vida de uno de sus seres amados.

“Desapariciones” no es la gran película de Ron Howard, pero sí es una obra de cierto valor, porque nos da el mensaje de que el interés por salvar una vida humana, el cual no tiene por qué surgir a partir una tragedia, sensibiliza los corazones, aviva el amor y logra superar todo rencor.

The missing
Ron Howard, 2003, EUA
Con: Tommy Lee Jones, Cate Blanchett, Evan Rachel Wood
137 min.

El curioso caso de Benjamin Button


Sólo el amor rejuvenece

“El curioso caso de Benjamín Button” es una película más que curiosa, es sumamente espiritual, porque nos hace ver la caducidad de la vida física, en contaste con el poder regenerador del amor.

Esta cinta se basa en la novela de F. Scott Fitzgerald, fue dirigida por David Fincher y cuenta con las participaciones estelares de Brad Pitt y Cate Blanchett. La historia abarca casi todo un siglo, va desde 1918 hasta principios del siglo XXI. Es una ficción que presenta el caso de un hombre que nace siendo viejo y conforme pasa el tiempo se va haciendo joven, hasta terminar convertido en un bebé. ¿Curioso, no? De ahí el título, pero, como lo dije, es una obra más que curiosa, pues mediante el manejo de imágenes simbólicas nos transmite un gran mensaje.

Normalmente uno se alegra al ver a un bebé recién nacido, porque es un ser muy hermoso; pero con el bebé de esta historia uno se asusta, porque es un gnomo, un fenómeno. Benjamín Button parece destinado a la tristeza y la soledad, de hecho es abandonado por sus padres y se convierte en objeto de lástima de la gente. Esto es resaltado en la escena de un evangelista inepto, quien realiza una campaña de sanidad, Benjamín, aún niño, pasa para que lo cure, pero el predicador, pensando que es un anciano, se burla de su debilidad y lo que parece falta de fe; al fin, Benjamín hace un gran esfuerzo y camina, pero al reverendo le da un ataque cardiaco y cae muerto. Parábola clara y bien pensada, de que Dios no obra en los fantoches que pretenden administrar y manipular su poder, sino en los menospreciados de la sociedad.

Pero algo viene a cambiar la infancia y el destino de Button: una linda niña se cruza en su camino y con ella, él descubre el amor. Aquí la historia combina sutilmente la diacronía con la sincronía: cuando Benjamin la conoce, ella es una niña y él parece un viejo, pero se identifican y enamoran porque él es un niño en su interior; y cuando ya han pasado décadas, ella es vieja y él un adolescente, pero siguen enamorados porque los dos llevan dentro de sí un gran amor y un cúmulo de experiencias por los años vividos.

Esta película me deja dos buenas lecciones: primera, una vida auténtica implica preservar el niño que todos llevamos dentro; ¿no dijo Jesús que quienes se humillen como niños entrarán al reino de los cielos? Y segunda, el amor tiene un poder regenerador, no envejece con el hombre, antes al contrario, cada día se renueva y nos revitaliza, porque el amor es un enorme poder espiritual que nos da vida en el presente y nos proyecta hacia la eternidad.

The Curious Case of Benjamin Button
David Fincher, 2008, EUA
Con: Brad Pitt, Cate Blanchett, Julia Ormond
167 min.



miércoles, 9 de mayo de 2012

Jesucristo en el cine



El séptimo arte se ha ocupado en numerosas ocasiones de la persona de Jesucristo, obras que van desde posturas conservadoras, con intentos de seguir los pasajes bíblicos, hasta versiones liberales que proponen tesis atrevidas del Mesías.

Versiones conservadoras:

La primera representación de Jesucristo en la pantalla fue en la película “Intolerancia”, de D. W. Griffith (1916), la cual resalta la condenación de los fariseos al Mesías. Después le siguió “Rey de reyes”, de Cecil B. De Mille (1926), tan conservadora que el director exigió a los actores principales que se abstuvieran de inmoralidades no sólo durante el rodaje, sino por los cinco años siguientes a su estreno. La década de 1940 y 1950 abrió paso a los Cristos españoles en el cine mexicano, destacando los actores Luis Alcoriza, en “María Magdalena” (1945), y Enrique Rambal en “El Mártir del Calvario” (1952).

En la década de 1960 Hollywood retomó el tema con “Rey de reyes”, de Nicholas Ray (1961), a colores, y “La historia más grande jamás contada”, de George Stevens (1965). También de esa época es la más representativa versión mexicana: “Jesús, nuestro Señor” (1969), con Claudio Brook, quien luce ridiculamente peluca y barba postiza en su papel de Jesús.

A partir de la década de 1970 comienzan a producirse versiones para la televisión, entre las que destacan: “Jesús de Nazaret”, de Franco Zeffirelli (1977), con un reparto estelar, pero con un Cristo demasiado anglosajón; “El Niño Jesús”, de Franco Rossi (1989), basada en los evangelios apócrifos; y “Mateo”, de Regardt van den Bergh (1993), que sigue palabra por palabra el primer Evangelio.


Dentro de esta línea conservadora hay que resaltar las obras más representativas del protestantismo y el catolicismo: en el primer caso, la mejor ha sido: “La vida pública de Jesús”, de Peter Sykes y John Kirsh (1979), la cual presenta a un Jesús jovial y alegre, pero la cinta se ha devaluado mucho, por ser usada hasta el cansancio en campañas evangelísticas; y la versión más católica que se ha hecho es “La pasión de Cristo”, de Mel Gibson (2004), digna representante no tanto del género bíblico, sino del cine gore.

Versiones heterodoxas:

Muy distantes de las películas clásicas de Jesús están las cintas liberales, las cuales se apartan de los cánones de la tradición y acentúan la humanidad de Jesús en detrimento de su divinidad. La primera que causó escándalo fue “La Vía Láctea”, de Luis Buñuel (1969), en la que aparece un Jesús regañado por su mamá y que se embriaga con sus discípulos.


Luego siguió una cinta más alocada: “Jesucristo Superstar”, de Norman Jewison (1972), en donde Jesús es un hippy que predica al ritmo de rock y duda de su filiación divina.

La siguiente bomba fue “La vida de Brian”, de Terry Jones (1979), comedia grosera que trata la historia de un lelo que es confundido con Jesús.

Pero la más devastadora de todas ha sido “La última tentación de Cristo”, de Martin Scorsese (1988), quien se basó no en la Biblia, sino en la novela de Nikos Kazanzakis y en los evangelios gnósticos de Nag Hamaddi. En ella aparece un Jesús débil, torpe y confundido, que recibe hasta zapes de parte de Judas Iscariote; un Jesús que fue amante de Magdalena y se sueña casado con Marta y María de Betania.



Aquí cabe mencionar también las películas que son paráfrasis modernas sobre Jesús: una de ellas es “Fe, esperanza y caridad”, de Luis Alcoriza (1972), la cual presenta a un crucificado de feria arrabalera, y descalifica así la divinidad y misión de Cristo.

Otra cinta en esta línea es “Jesús de Montreal”, de Denys Arcand (1989), trata sobre un actor y su compañía de teatro, quienes ensayan para presentar la pasión de Cristo, la cual se va haciendo realidad en sus vidas, sobre todo en el actor principal. La cinta tiene algunas escenas inmorales, sin embargo concluye de una manera apoteósica cuando después de que muere este “Jesús-actor-callejero”, sus órganos son donados a personas que los necesitan.

Entre las películas heterodoxas de Cristo también hay que incluir las que cuestionan algún aspecto de su vida, como “El Cuerpo”, de Jonas McCord (2001), suspense que juega con la idea de econtrar el cadáver de Jesús. Pero más sensacionalista es “El Código Da Vinci”, de Ron Howard (2006), la cual sugiere la idea de que Jesús dejó una larga descendencia sobre la Tierra, de su esposa María Magdalena.

Actores en el rol de Jesús:

Los actores más famosos que han representado a Jesucristo son:

* Luis Alcoriza
* Enrique Rambal
* Claudio Brook
* Max von Sydow
* Willem Dafoe
* Christian Bale
* James Caviezel

Cine bíblico



El cine bíblico ha sido principalmente sensacionalista y comercial, y sólo en contadas ocasiones los cineastas han logrado obras de gran profundidad. Las producciones de este género que se hicieron a mediados del siglo XX en Hollywood son muestra de ello, de las cuales son representativas y destacan por su majestuosidad: “Los Diez Mandamientos”, de Cecil B. De Mille (1956), y “Ben-Hur”, de William Wyler (1959); éstas contaban con buenas historias, pero sus argumentos fueron eclipsados por la batiente de su preciosismo y sus efectos especiales. En contraste, y como ya lo señalé, hay obras de gran calidad, con temas tanto del Antiguo Testamento, como del Nuevo.

Antiguo Testamento:

Las mejores han sido: “Salomón y la reina de Saba”, de King Vidor (1959), sobre la apostasía del rey judío. “La Biblia: En el principio”, de John Huston (1966), que aborda los primeros capítulos del Génesis y contiene la escena más densa sobre el sacrificio de Isaac, en la cual vemos a Abraham discutiendo con Dios para evitar aquel acto. “Jacobo y José”, de Michael Cacoyannis (1974), conformada por dos mediometrajes dramáticos y bien desarrollados acerca de los patriarcas judíos.

Nuevo Testamento:

Sobre Jesucristo se han producido un sinnúmero de versiones cinematográficas, unas con mayor fortuna que otras (véase mi artículo: “Jesucristo en el cine”); las que mejor se han posicionado,y no siempre por sus méritos, sino a veces por polémicas, son: “Jesucristo Superstar” (1972), “Jesús de Nazareth” (1977), “La última tentación de Cristo” (1988) y “La pasión de Cristo” (2004).

Sobre otros personajes y temas del Nuevo Testamento hay cintas de sumo interés como “Quo Vadis”, de Mervyn LeRoy (1951), impresionante drama sobre la persecución de los cristianos. Otra sumamente original es “Barrabás”, de Richard Fleischer (1961), que presenta una biografía imaginaria del delincuente liberado. La serie de TVAnno Domini” (1985), ha sido la mejor producción sobre la iglesia primitiva, los ministerios de Pedro y Pablo, y las persecusiones romanas. Una obra más reciente y de calidad es la serie italiana: “Los amigos de Jesús”, de Raffaele Mertes (2000-2001), la cual aborda las vidas de José, Judas, Tomás y Magdalena.


Creo que aún no hemos visto lo mejor en este género, el cual da para mucho, pero al que hay que entrarle con más profundidad y respeto, para no convertir en caricaturas sus historias que son verdaderos arquetipos universales.

Cartas a Dios


Lecciones de tanatología y espiritualidad

“Cartas a Dios” (Oscar et la dame rose) es una película muy artística y aleccionadora. Es una producción francesa que fue dirigida por Eric-Emmanuel Schmitt en 2009 y cuenta con las espléndidas actuaciones de Michele Laroque, Max Von Sydow y la revelación infantil Amir Ben Abdelmoumen.

Se trata de un conmovedor drama con tintes de comedia y fantasía, nos presenta la historia de “Oscar”, un niño de diez años de edad, el cual sufre de cáncer terminal y está internado en un hospital junto con otros niños que padecen diversas enfermedades. Los padres de Oscar han entrado en un choque emocional por la noticia y se han distanciado de él, pero una vendedora de pizza, quien reparte su producto en el hospital, simpatiza con el niño, por lo cual el médico de Oscar le pide a ella que asista al pequeño durante los últimos días de su vida. Juntos, la vendedora y el niño, recorrerán un camino de mutuo aprendizaje, en donde ella descubrirá su reprimido aspecto maternal, y él afirmará su fe, amor y valor, mediante la redacción de cartas dirigidas a Dios, a sugerencia de su amiga y guía espiritual.

“Cartas a Dios” es una película muy valiosa, no sólo por su calidad artística, sino por las enseñanzas que nos da sobre tanatología y espiritualidad. Su historia nos ayuda a comprender los sufrimientos de los enfermos terminales y nos motiva a asistirlos con amor; también nos hace valorar la vida, la paternidad y la amistad; más aún, nos anima a dialogar con Dios, no para reclamarle por nuestras tribulaciones, sino para poner nuestro destino, cualquiera que éste sea, en sus manos, porque es el mejor lugar en donde puede estar.

Oscar et la dame rose
Eric-Emmanuel Schmitt, 2009, Bélgica
Con: Michele Laroque, Max von Sydow, Amir Ben Abdelmoumen
105 min.



martes, 8 de mayo de 2012

¿Cómo debemos vivir entonces?


LA FE Y LA CULTURA A TRAVÉS DE LOS SIGLOS

“¿Cómo debemos vivir entonces?” es el título de esta obra magna del teólogo norteamericano Francis Shaeffer. Se trata de una serie documental de 10 capítulos que fue producida en 1977. En ella el Dr. Schaeffer nos lleva a un recorrido que va desde el siglo I hasta el XX, en el cual analiza la relación entre el cristianismo y la cultura, discutiendo temas de religión, filosofía, ciencia, política, literatura, pintura, música y cine, entre otros.

La serie es una obra de apologética cristiana, en la cual el Dr. Schaeffer presenta la decadencia de la cultura humanista de Occidente en contraste con el ascenso de la ética y la fuerza cultural del cristianismo. Schaeffer va más allá y hace también un ejercicio teológico al señalar que la singularidad de la revelación cristiana es que nos muestra un Dios infinito y personal, el cual no está callado sino que ha hablado y se ha manifestado a la humanidad en la persona de Jesucristo.

Los capítulos de la serie son:
1. La Era Romana
2. La Edad Media
3. El Renacimiento
4. La Reforma
5. La Era Revolucionaria
6. La Era Científica
7. La Era de la sin razón
8. La Era de la fragmentación
9. La Era de la afluencia y la paz personal
10. Consideraciones finales.

Esta es una obra recomendable para estudiantes de arte, teología o historia, así como para todas aquellas personas que quieran conocer la grandeza del cristianismo y cómo éste ha abordado las interrogantes y las inquietudes del hombre a través de las edades.

HOW SHOULD WE LIVE THEN?
John Gonser, 1977, EUA
Serie de TV, conducida por Francis A. Schaeffer
300 min. 10 capítulos

La Vía Láctea


Buñuel: el mejor teólogo ateo


«Non ego haereticus sum, sed ille qui in cathedra Petri sedit… ille qui Papae titulum sibi assumpsit» («El hereje no soy yo, sino quien está sentado en el trono de Pedro y se ha dado el título de Papa»).

Estas palabras son expresadas por Prisciliano, el primer hereje español, en la cinta “La Vía Láctea” de Luis Buñuel, para mi gusto no sólo la obra cumbre de este director, sino de cuantas películas de crítica religiosa se hayan hecho.

La cinta trata sobre los dogmas y las herejías de la iglesia católica a través de la historia, pero Buñuel, como padre del surrealismo cinematográfico que fue, lo hace tratando los temas de manera aleatoria, por medio de eventos insólitos y anacrónicos, y con la aparición de personajes descreídos, psicóticos o imaginarios.

La historia tiene como base el viaje de dos “peregrinos” franceses, Pedro y Juan (nombres ya de por sí simbólicos), quienes van hacia Santiago de Compostela (“La Vía Láctea” es otro nombre de esta ruta), en cuyo camino se cruzan con personajes asombrosos y son testigos de eventos que ponen en entredicho la dogmática católica.

La temática de esta película es muy amplia, pero lo más original es que Buñuel que no la aborda como un documental, sino por medio de una ficción en la que proyecta sus ideas religiosas. Este cineasta siempre se declaró “ateo”, a él se le atribuye la frase: 
«Soy ateo, gracias a Dios»; sin embargo, el tema religioso fue siempre su obsesión, pues aparece de una u otra manera en toda su filmografía.

Para escribir “La Vía Láctea”, Buñuel invitó al guionista francés Jean-Claude Carriere a colaborar con él; le dijo que era un proyecto que había acariciado toda la vida y que al fin quería realizar. En 1967 ambos artistas se encerraron en una cabaña de la sierra de Andalucía, y durante mes y medio estuvieron estudiando la Biblia y varios libros sobre catolicismo. Al salir de ahí, la película estaba ya en sus cabezas, en los siguientes meses escribieron el guión y al siguiente año rodaron la filmación.



Esta película es maravillosa y me resulta difícil decir cuál escena me gusta más, porque todas son muy buenas. Pero el duelo de los dos teólogos espadachines del siglo XVIII me parece espectacular y sublime: una estocada y un artículo teológico, el contraataque y su réplica doctrinal… Uff, qué delicia…

Y creo que la cereza en el pastel de esta producción francesa es la participación del gran actor mexicano Claudio Brook. Luis Buñuel vivió en México varios años y mostró aprecio por nuestros actores, así que invitó a Claudio a formar parte de esta película y lo convirtió en un imponente obispo de la Edad Media. Verlo con ese atuendo y oírlo hablar en buen francés es una gran satisfacción y un honor para nuestro cine nacional.

Definitivamente, “La Vía Láctea” es teología pura, es una parábola del escabroso camino que ha transitado la iglesia católica, la cual paradójicamente encontró su mejor teólogo en un ateo español.