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viernes, 13 de julio de 2012

Agnosia


“SANTA AGNOSIA”

Agnosia-amnesia-inopia-miopía es la historia que nos presenta Eugenio Mira, quien bien mira, observa, devela, atina; cine de época que en otra época no hubiera existido por su peccata minuta de anacronismo, que el buen espectador perdona por recibir a cambio un suspense inteligente con una hermosa parábola del cine y su magia.

La historia se desarrolla en una Barcelona decimonónica y “victoriana”, en donde una hermosa fémina, quien debería llamarse “Agnosia”, pierde la cabeza, la visión, los amigos y hasta el pundonor; todo por culpa de un beligerante invento producto de la mente trasnochada-trastornada de su progenitor.


Un accidente-incidente marca de por vida la frente y la mente de “Joana Agnosia”, convirtiéndola en un cíclope miope, incapaz de distinguir entre gimnasia y magnesia, agnosia y amnesia, y los mostachos de Gómez y Noriega. Criatura inerme e inerte, quien, sin saberlo, guarda el secreto del invento perdido de su difunto padre, por el cual deviene en presa de cazadores insaciables e inmorales que la persiguen: un par de vejestorios traicioneros y rapaces, quienes buscan apoderarse del invento; un “señorito” maculado y pellejero, comprometido a casarse con ella; y un fámulo infame que quiere aprovechar un siniestro plan para violar la asepsia de “Agnosia” y hacerla suya.


Y todo este dramón alcanza su clímax en los tres días que “Agnosia-Joana” pasa en la oscuridad; según el Dr. “Meissner-Mengele”, para su recuperación; según el narrador fílmico, para robarle el secreto a la víctima; según mi propia agnosia, para resaltar la magia del cine. Joana es introducida en un cuarto oscuro y solitario para privarla de toda sensación del exterior y supuestamente lograr así su recuperación. Pero ella ha sido llevada ahí para ser engañada, pues no está sola, sino que es observada en lo oculto, y los autores de ese experimento quieren aprovechar su padecimiento para que confunda a los personajes que se le presenten y así obtener su secreto.


¿Acaso no se parece este experimento a una proyección en una sala de cine? ¿No buscan todos sus componentes colocar al individuo en la oscuridad y el aislamiento mental, y producir en él un efecto de agnosia por el cual no sólo confunda personajes y tramas, sino sobre todo la ficción con la realidad? ¿No es un engaño voluntario al cual se presta el espectador para creer que lo que desfila ante sus ojos es real? ¿No es también observado por esos ojos ocultos de otros espectadores de la sala, quienes evalúan sus reacciones ante la proyección? Y sobre todo, ¿no es cierto que una película le roba un secreto a cada persona del público? Sabemos que esto es así cuando al terminar la obra las personas opinan sobre lo que han visto, sin darse cuenta que revelan algo de ellas mismas más que de la película.


Así, creo que esta obra trata no sobre una enfermedad, sino sobre la magia del cine, y sugiere a los cineastas que para obtener mejores resultados, en adelante harán bien en encomendarse a “Santa Agnosia”.



AGNOSIA
Eugenio Mira, 2010, España
Con: Eduardo Noriega, Félix Gómez, Bárbara Goenaga
105 min.

(Agnosia Trailer HD:)