“SANTA AGNOSIA”
Agnosia-amnesia-inopia-miopía es la
historia que nos presenta Eugenio Mira, quien bien mira, observa, devela,
atina; cine de época que en otra época no hubiera existido por su peccata
minuta de anacronismo, que el buen espectador perdona por recibir a cambio un
suspense inteligente con una hermosa parábola del cine y su magia.
La historia se desarrolla en una
Barcelona decimonónica y “victoriana”, en donde una hermosa fémina, quien
debería llamarse “Agnosia”, pierde la cabeza, la visión, los amigos y hasta el
pundonor; todo por culpa de un beligerante invento producto de la mente
trasnochada-trastornada de su progenitor.
Un accidente-incidente marca de por vida
la frente y la mente de “Joana Agnosia”, convirtiéndola en un cíclope miope, incapaz
de distinguir entre gimnasia y magnesia, agnosia y amnesia, y los mostachos de
Gómez y Noriega. Criatura inerme e inerte, quien, sin saberlo, guarda el
secreto del invento perdido de su difunto padre, por el cual deviene en presa
de cazadores insaciables e inmorales que la persiguen: un par de vejestorios
traicioneros y rapaces, quienes buscan apoderarse del invento; un “señorito”
maculado y pellejero, comprometido a casarse con ella; y un fámulo infame que
quiere aprovechar un siniestro plan para violar la asepsia de “Agnosia” y
hacerla suya.
Y todo este dramón alcanza su clímax en
los tres días que “Agnosia-Joana” pasa en la oscuridad; según el Dr.
“Meissner-Mengele”, para su recuperación; según el narrador fílmico, para
robarle el secreto a la víctima; según mi propia agnosia, para resaltar la
magia del cine. Joana es introducida en un cuarto oscuro y solitario para
privarla de toda sensación del exterior y supuestamente lograr así su
recuperación. Pero ella ha sido llevada ahí para ser engañada, pues no está
sola, sino que es observada en lo oculto, y los autores de ese experimento
quieren aprovechar su padecimiento para que confunda a los personajes que se le
presenten y así obtener su secreto.
¿Acaso no se parece este experimento a
una proyección en una sala de cine? ¿No buscan todos sus componentes colocar al
individuo en la oscuridad y el aislamiento mental, y producir en él un efecto
de agnosia por el cual no sólo confunda personajes y tramas, sino sobre todo la
ficción con la realidad? ¿No es un engaño voluntario al cual se presta el
espectador para creer que lo que desfila ante sus ojos es real? ¿No es también
observado por esos ojos ocultos de otros espectadores de la sala, quienes
evalúan sus reacciones ante la proyección? Y sobre todo, ¿no es cierto que una
película le roba un secreto a cada persona del público? Sabemos que esto es así
cuando al terminar la obra las personas opinan sobre lo que han visto, sin
darse cuenta que revelan algo de ellas mismas más que de la película.
AGNOSIA
Eugenio Mira, 2010, España
Con: Eduardo Noriega, Félix Gómez,
Bárbara Goenaga
105 min.
(Agnosia Trailer HD:)